Robert Lewandowski disputó en el Clásico de Las Vegas sus primeros minutos como futbolista del Barcelona. El polaco era el objetivo de todos los focos en la previa y también lo fue sobre el césped del Allegiant Stadium, puesto que Xavi apostaba por él como titular. Con el 12 a la espalda, era la referencia ofensiva azulgrana y pudo estrenarse como goleador, pero Courtois y Alaba lo evitaron. Aunque le buscaron, estuvo bien marcado y no pudo celebrar su primer tanto con su nuevo club.
La gran incógnita antes del partido residía en si el flamante fichaje culé sería de la partida, puesto que apenas había completado cuatro entrenamientos con el Barça. Pero Xavi no dudó un instante y le sacó de inicio en su primer partido como azulgrana, aunque sólo estuvo sobre el verde durante 45 minutos, siendo sustituido al descanso.
En sus primeros minutos, Lewandowski estuvo bien cubierto por Alaba. El central era el encargado de taparle y apenas le dio tregua. Sus compañeros le buscaban de forma constante, con un juego más directo al que acostumbran normalmente los culés. Sin embargo, siempre aparecía el austriaco o Camavinga para frenarle.
Aún así, dispuso de ocasiones para estrenarse como goleador con el Barça. Primero, tras robarle el balón en la medular al que fuera su compañero en el Bayern, Alaba. Salió en velocidad, se plantó en el área y se sacó un potente disparo en presencia de Militao que se encontró con la negativa de Courtois. El belga despejó el balón.
Después, fue Alaba quien evitó que el balón acabara en el fondo de la portería. Despistó bien Lewandowski al central madridista en una acción en el área y apareció solo para empujar un pase de la muerte de Raphinha. Sin embargo, reaccionó a tiempo el defensa austriaco para lanzarse con todo a despejar el balón, dejando sin premio al delantero barcelonista en su debut.
Fueron sus dos únicas aportaciones a un partido en el que sólo duró 45 minutos. El polaco se quedó ejercitándose sobre el césped durante el descanso y, cuando sus compañeros regresaron, él se marchó a los vestuarios. En su primer Clásico se fue sin ver puerta.
